Las hierbas difieren mucho no sólo en términos de sus aromas y efectos, sino también en sus requisitos para el suelo. No toda la tierra de hierbas es igual. Diferentes plantas tienen diferentes necesidades. Al elegir la tierra para hierbas, depende de para qué hierbas se utilizará. Y mezclar la tierra usted mismo permite obtener un resultado mucho más individual.
Arcilla herbaria
Además de la ubicación correcta y la fertilización óptima, el sustrato de plantación juega un papel crucial en el cultivo de todo tipo de hierbas. Para que las plantas crezcan y prosperen, el suelo debe cumplir unas condiciones muy específicas, independientemente de si se cultivan en el jardín o en la maceta de casa. Es una lástima que estas condiciones a veces difieran significativamente. Las hierbas silvestres autóctonas, como el diente de león o la acedera, necesitan un suelo completamente diferente al del tomillo, la salvia y la lavanda, por ejemplo. Por lo tanto, es natural que la tierra preparada industrialmente mezclada en el comercio no pueda cumplir exactamente con los requisitos respectivos. Está diseñado para cubrir la gama más amplia posible de hierbas. Y eso puede no ser óptimo para las plantas.
Mézclalo tú mismo
En este contexto, por supuesto tiene sentido mezclar usted mismo la tierra de hierbas. De esta manera, podrá estar seguro de crear exactamente el sustrato que necesitan las respectivas plantas. Sin embargo, es necesario conocer sus necesidades. En principio, estos pueden reducirse a dos factores: las necesidades de agua y nutrientes. Para que quede más claro: muchas mezclas de hierbas preparadas en comercios especializados o ferreterías tienen una proporción extremadamente alta de turba, mantillo de corteza o compost, lo que significa que contienen materiales que pueden almacenar agua muy bien. El perejil se siente como en casa, las hierbas mediterráneas no. Al mezclar usted mismo tierra de hierbas, es importante utilizar la receta correcta. Básicamente se cuestionan los siguientes “ingredientes”:
- Tierra de jardín
- Abono
- Turba
- Arena o arena de cuarzo
- Fibra De Coco
- fragmentos de cerámica
La cuestión crucial es qué proporción deben tener los distintos elementos. Y esta pregunta sólo puede responderse si se conocen las necesidades de agua y nutrientes de las respectivas hierbas. Por regla general, las hierbas con necesidades relativamente altas también necesitan una gran proporción de abono y tierra de jardín, mientras que la proporción de arena se puede reducir o incluso eliminar por completo. En cambio, sobre todo las hierbas mediterráneas, necesitan relativamente poca agua y sólo unos pocos nutrientes. El objetivo aquí es aumentar la cantidad de arena y hacer todo lo posible para que la tierra apenas pueda almacenar agua.
Qué hierbas quieren
La siguiente descripción general pretende dar una impresión aproximada de cómo son las necesidades de cada hierba en términos de agua y nutrientes:
Necesidad baja a moderada
- Anís
- Albahaca
- Artemisa
- Salado
- Eberraute
- Verbena
- Estragón
- lovage
- Mejorana
- Orégano
- Romero
- Salvia
- Tomillo
- Bálsamo de limón
Muy alta demanda
- Ajo silvestre
- Berros
- Borraja
- Eneldo
- perejil
El suelo para hierbas con una necesidad bastante alta de agua y nutrientes siempre debe ser rico en humus y poder almacenar agua fácilmente. Por el contrario, las hierbas con necesidades bastante bajas prefieren suelos bien drenados, arenosos y secos.
Receta estándar
En este contexto, debería quedar relativamente claro que su propia mezcla de tierra de hierbas tiene sentido, especialmente para las hierbas que requieren pocos nutrientes y relativamente poca agua. Este suele ser el caso de todas las hierbas mediterráneas. La siguiente composición ha demostrado su eficacia:
- 50 a 55 por ciento de tierra de jardín
- 15 a 20 por ciento de abono
- 30 por ciento de arena de cuarzo
Las proporciones de tierra de jardín y abono pueden variar. Para las hierbas con necesidades nutricionales extremadamente bajas, como el tomillo o el romero, la proporción de abono es simplemente menor que la proporción de tierra del jardín. Además, también es recomendable incorporar a esta mezcla un llamado drenaje. Esto es especialmente cierto si las hierbas no se van a cultivar directamente en la tierra del jardín, sino en una maceta. El drenaje garantiza de forma fiable que el agua pueda drenar fácilmente y que no se produzcan encharcamientos. Suele consistir en fragmentos de cerámica que se colocan en el fondo de la vasija. Sin embargo, para que esto funcione, el fondo del recipiente debe tener un orificio de drenaje. También es aconsejable mezclar bien los componentes individuales para obtener una tierra de hierbas lo más suelta posible.
Consejo:
En lugar de arena de cuarzo también se pueden utilizar otros materiales como arena de lava, arena pómez o zeolita. El compost, a su vez, se puede sustituir por una mezcla de turba y fibra de coco.
Preparar mezclas preparadas
Como se mencionó anteriormente, mezclar su propia tierra de hierbas es particularmente adecuado para las hierbas mediterráneas con bajos requerimientos de agua y nutrientes. Para todos los demás tipos de hierbas, se pueden utilizar fácilmente mezclas comerciales ya preparadas. Por supuesto, también puedes utilizarlos como base para tu propia mezcla, especialmente si no tienes acceso a tierra de jardín y quieres cultivar las hierbas en tu apartamento. A continuación, basta con sustituir las proporciones de tierra de jardín y abono por la mezcla ya preparada y añadir abundante arena de cuarzo. Una proporción Una proporción de 60 a 40 (arena) es ideal. Aquí también es importante aflojar muy bien el suelo y así garantizar una buena ventilación y permeabilidad. El drenaje también juega un papel crucial.
Casos especiales
A ciertas hierbas les gusta bastante exuberante. Necesitan mucha agua y nutrientes. Sobre todo, también prosperan maravillosamente sin una tierra de hierbas especialmente preparada. Estos incluyen principalmente el perejil y el estragón. La tierra normal para macetas o jardín es completamente suficiente para estas hierbas.
Tierra de hierbas en el jardín
Para poder preparar la tierra del jardín directamente para convertirla en tierra para hierbas, primero hay que tener claro exactamente qué tierra hay allí. Si el suelo ya contiene mucha arena, generalmente puedes evitar agregar arena. Sin embargo, si contiene mucha arcilla, es imprescindible añadir arena y un aflojamiento intensivo. También deberías considerar la instalación de drenaje, ya que el suelo arcilloso almacena muy bien el agua de forma natural.